Gemelo aspira a casarse con Maronila y está ansioso e insta y suplica y le hace regalos ¿Hasta tal punto es hermosa? Al contrario, no hay nada más feo. ¿Qué se busca, pues, y agrada en ella?. Tose.
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No aplaces sin razón lo que ves que puede negársete y considera que solamente es tuyo lo que ha sido. Te esperan preocupaciones y sufrimientos en cadena, los goces no permanecen, sino que vuelan fugitivos. Sujétalos con las dos manos y con todo tu abrazo: aun así muchas veces se escapan de lo profundo de nuestro seno. No es propio del sabio, créeme, decir «Viviré». Vivir mañana es demasiado tarde: vive hoy.
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Las cosas que lees aquí, unas son buenas, algunas medianas y la mayor parte malas. No se hace de otro modo, Avito, un libro.
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Tito me anima a defender causas y me dice con frecuencia: «Es una gran cosa.» Una gran cosa es, Tito, lo que hace el campesino.
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Si recuerdo bien, tenías, Elia, cuatro dientes: una primera tos te echó fuera dos y otra otros dos. Ya puedes toser tranquila durante días enteros: una tercera tos no tiene nada que hacer ahí.
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Sufre de verdad el que sufre sin testigos.
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El librito que lees en público, Fidentino, es mío: pero cuando lo lees mal, empieza a ser tuyo.
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Vino Penélope, marchó Helena.
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Eres bonita, lo sabemos, y joven, es cierto, y rica ¿quién puede, pues, negarlo? pero, cuando te alabas en exceso, Fábula, no eres ni rica, ni bonita, ni joven.
Marcial