Editorial
Everest nació hace ya más de cuarenta años con
el propósito de ofrecer diversidad y calidad a través de sus
libros. Desde su primer título de cocina española y su primer diccionario de
español hasta un fondo con más de 3.000 referencias que abarcan muy diversas
áreas que se corresponden con las siguientes divisiones:
-Diccionarios,
enciclopedias, atlas, enseñanza de idiomas y grandes obras
-Gastronomía,
manuales y libros prácticos
-Turismo
y ocio
-Infantil
y Juvenil
-Libros
de Texto
En
total un amplio fondo que la convierten en una de las editoriales más completas
del panorama español que mantiene un compromiso con la calidad y la promoción
de la cultura española.
La Economía de la Fuerza
Un
Hombre Débil que iba cuesta abajo se cruzó con un Hombre Fuerte que iba cuesta
arriba, y le dijo:
-Llevo
esta dirección porque requiere menos esfuerzo, no por gusto. Por favor, señor,
ayúdeme a volver a subir a la cima.
-Encantado
-dijo el Hombre Fuerte con el rostro radiante de gloria ante la idea-. Siempre
he considerado mi fuerza un don sagrado depositado en mí para servicio de mis
semejantes. Le llevaré conmigo. Póngase detrás y empuje.
(Ambrose Bierce)
-¡¡¿Cómo que no rema más?!!¡¡Me extraña Fernández!!
La Fundación Félix Rodríguez de la Fuente fue creada en 2004 por la familia del naturalista con el objetivo de salvaguardar y proyectar su vida, obra y legado, actualizándolos a través de nuevos proyectos que fomentan la armonía entre "El Hombre y la Tierra". Es una fundación privada, independiente, de interés público y ámbito nacional.
Su misión es concienciar a la sociedad para que se implique en generar un cambio que mejore y enriquezca la vida del hombre, en el sentido más profundo de la palabra, y la de la tierra que lo sustenta.
-"La magdalena de Proust"-
Félix dixit:
"El hombre no es un ovni venido de una lejana galaxia; El hombre es un poema tejido con la niebla del amanecer, con el color de las flores, con el canto de los pájaros, con el aullido del lobo y el rugido del león".
El mejor «espectáculo» que jamás he visto
ocurrióuna tarde en el océano
Índico. Era en verdad inmenso. El escenario tenía un centenar de millas de
ancho ytres de alto, y en él la
naturaleza representó un dramaque
duró media hora: con dragones gigantescos, dinosaurios y leones que se movían
por el cielo -¡cómo se hinchaban las cabezas de los leones y se extendían sus
melenas, y cómo se inclinaban y se retorcían los lomos de los dragones!-; y
ejércitos de soldados con uniformes blancos y grises y oficiales con
entorchados dorados, que marchaban y contramarchaban y se unían en combate y
se retiraban otra vez. A medida que proseguía la batalla y la persecución,
cambiaban las luces del escenario, y los soldados de blancos uniformes aparecieron
de color naranja y los soldados de uniformes grises parecieron ponerse otros
purpúreos, mientras el telón de fondo era una llama de oro iridiscente. Luego,
cuando los técnicos de la naturaleza fueron apagando gradualmente las luces, el
púrpura venció y tragó al naranja, y fue siendo un malva y gris más y más
profundo, y durante los últimos cinco minutos se presentó un espectáculo de
inenarrable tragedia y de sombrío desastre, antes de que se extinguieran del
todo las luces. Y no pagué un solo centavo para presenciar el más grandioso
espectáculo de toda mi vida.
Tenemos también el silencio de las
montañas, y ese silencio es terapéutico: los picachos silenciosos, las rocas
silenciosas, los árboles silenciosos, todo en majestuoso silencio. Toda buena
montaña es un sanatorio. Uno se siente acurrucado como un niño en su pecho. No
creo en la Ciencia
Cristiana, pero sí en las propiedades espirituales, curativas
de los árboles antiguos y los lugares de montaña, no para sanar una clavícula
fracturada o una piel infectada, sino para curar las ambiciones de la carne y
las enfermedades del alma: cleptomanía, megalomanía, egocentrismo, halitosis
espiritual, titulitis, prestamitis, dirigentitis (el deseo de dirigir a los
demás), neurosis de guerra, versofobia, maldad, odio, exhibicionismo social,
terquedad en general, y todas las formas de enfermedades morales.
Marcapaginasporuntubo busca los marcapáginas de Mandarín Tours que le faltan
Norma
Editorial es una empresa independiente fundada en 1977. Un
equipo de más de 60 personas se encarga de editar más de 300 títulos al año,
con un tiraje cercano a los 2 millones de ejemplares, en una empresa que ha
sabido desarrollar multitud de actividades, siempre relacionadas con la
industria del cómic.
La
primera actividad de Norma Editorial fue como agencia de representación de
autores, realizando portadas
para novelas, películas y páginas de humor para clientes de todo el mundo.
La primera
librería Norma Comics, en el Passeig de Sant Joan de Barcelona, se
inauguró en el año 1983. Desde entonces ha ido creciendo tanto en metros como
en oferta hasta convertirse en todo un icono de la ciudad y una de las mejores
librerías especializadas de Europa.
Allí el cliente puede
encontrar no sólo cómics, sino también derivados, juegos de rol, DVD
y un sinfín de productos.
Marcapaginasporuntubo sortea los 10 marcapáginas arriba expuestos entre todos los amigos que dejen un comentario en esta entrada. El resultado se dará a conocer el lunes, 3 de junio.
Un antiguo refrán nuestro dice: «No hay mal
que por bien no venga». Este refrán es uno de los mejores frutos de la
sabiduría popular. Procura obtener la máxima ventaja de todo aquello que te
haya salido mal. Que sea verdad para ti que no hay mal que por bien no venga.
Esfuérzate en sacar el máximo bien posible de todo contratiempo que te
sobrevenga; en sacar algo bueno de todo lo malo que sucede. Así es como se
convierte en victoria cualquier derrota de las muchas que a lo largo de la vida
sobrevienen.
Todos los hombres son superiores a nosotros
en algún sentido; ahí es donde hemos de aprender de ellos. Todo el mundo sabe
algo que nosotros ignoramos. Todo el mundo tiene alguna cualidad que a
nosotros nos falta. Por tanto, de todo el mundo podemos aprender algo. Nuestra
actitud ante los otros ha de ser ésta: analizarles y tratar de averiguar en
qué nos son superiores. Y, una vez averiguado, la otra persona ya tiene
un sentido definitivo para nosotros: es
nuestro maestro en aquello en lo que nos supera. Todo lo demás no nos
importa. Y, si nos importa, lo tendremos más asegurado, pues nada fortalece
tanto la amistad como el sincero deseo de beneficiarse, aprendiendo, de los
conocimientos y las cualidades ajenas.
Observar siempre todo lo que hay a nuestro
alrededor, cosas y gente. La capacidad de observación es un don que poca gente
tiene. La mayoría pasa todos los días por el mismo sitio y no se fija en
ninguno de los detalles que hay en el camino. O permanece en un lugar y sale de
él sin haber observado nada. Observar es inagotable. Es la mejor forma de
vencer el aburrimiento y la impaciencia. Y, además, por la observación se
desarrolla la atención. Adquirida la costumbre de observar y de sacar
consecuencias de la observación, basta una mirada para comprender muchas
cosas y para emitir un juicio acertado en cada circunstancia. La ofensa sólo existe si se recibe como tal.
Haz como si no existiera, no te ofendas y no existirá. Es imposible que otro
nos ofenda si nosotros no nos damos por ofendidos. Considerarse
ofendido es una prueba de inferioridad. Cualquier
persona del mundo puede decir de ti, o decirte a la
cara, cualquier cosa que sea. Eso, allá él. Pero nadie ha de poder ofenderte.
Si no nos damos por ofendidos, queda desvirtuado el insulto. El otro, al
intentar ofendernos, sólo quiere esto: que nos ofendamos. Si no nos ofendemos,
si nos manifestamos invulnerables, inutilizamos su ataque. ¿Qué mejor cosa podemos hacer que
inutilizar los ataques de nuestros
enemigos?
Intenta ser tú mismo. No envidies ni imites a
los otros. La envidia es ignorancia y la imitación suicidio. De los otros hemos
de saber tomar todo lo bueno. En este sentido, de cualquier otra persona
podemos aprender alguna cosa. Pero esto no quiere decir de ninguna manera que
tratemos de «imitar» a los otros, sino que hemos de asimilar sus buenos
ejemplos, sus cualidades y sus conocimientos y transformarlo todo dentro de
nosotros en elementos fijos de nuestra personalidad.
Uno de los grandes, secretos de la vida es
aprender a gozar de los bienes sin poseerlos. Ver, si sabemos mirar bien,
equivale a poseer. ¿Qué otra cosa tiene el propietario, sino la vista de lo que
le pertenece? Sí: tiene el derecho a beneficiarse materialmente de la posesión
y la carga de los cuidados inherentes a la posesión. Aparte esto,
no olvidemos que el mundo es de quien sabe verlo bien, contentándose
sencillamente con mirar.
La juventud no es un período de la vida: es,
sobre todo, una actitud mental sana. Arréglate con tu médico para evitar el
envejecimiento del cuerpo, pero no olvides que un factor muy importante es la
voluntad de mantenerse joven. No importa la edad para el rejuvenecimiento del
espíritu. Los años no influyen en nuestra energía interior. Al contrario: es
una energía que, si sabemos conservar el espíritu en forma, aumenta siempre
con la edad. Tener el alma joven significa estar siempre dispuesto a empezar
una cosa nueva y a no desistir hasta haberla terminado bien. Tener el alma
vieja significa creer que, para el tiempo que falta, lo mismo da una cosa que
otra. Nunca debe dar lo mismo una cosa que otra. Este poder de elección,
despierto siempre, es lo que mantiene mejor la juventud del alma. Ser invenciblemente alegres. Si conseguimos
amar la vida, nuestra alegría aumentará. No hay goce posible sin este amor. No
se concibe goce alguno sin alegría. Por gozar la vida se entiende divertirse
con cualquier cosa que se haga y conseguir que los demás se diviertan en
nuestra compañía. Si lo conseguimos estaremos capacitados para explicar a los
otros en qué consiste el goce de la vida.
Tratar a los otros con consideración, aunque
les despreciemos. Tratarles como a seres inteligentes, aunque nos parezcan
tontos. Tratarles con corrección aunque ellos tengan poca o ninguna. Tratarles
con cordialidad, aunque ellos se muestren complacidos en ofender. Tratar a
todo el mundo como corresponde a nuestra nobleza, a nuestro señorío. Recordar
las palabras de Hamlet: «Tratadles mucho mejor de lo que merecen. Si a todos
nos trataran como merecemos, ¿quién escaparía del látigo?»
Esta página quiere recordar a Ed. Bruguera, Pulgarcito, DDT, Tiovivo, Mortadelo y Filemón, Rompetechos, etc, etc. Pero muy especialmente a Noel Clarasó que nos deleitaba e instruía en sus páginas con anécdotas y curiosidades de maravillas del mundo. Cuando en los años 60 caía en nuestras manos alguna de las publicaciones citadas lo primero que buscábamos era la sección de Noel Clarasó. Creíamos que era un seudónimo, algo tan imaginario como los personajes de los cuentos de Bruguera. Dejamos de leer el Pulgarcito y nos dedicamos a cultivar una parcelita y mira por donde el mejor libro de jardinería que tuvimos era Jardinería Doméstica de Noel Clarasó. No era de ficción, existía y había sido Técnico del Ayuntamiento de Barcelona en el área de parques y jardines, articulista, novelista, guionista de TV, etc., etc., pero especialmente de su obra, se deduce su bonhomía. Gracias, Noel, por habernos acompañado en nuestra infancia, por habernos enseñado los cuidados de las plantas de una forma tan amena, por tu obra literaria y por estos consejos que son útiles para cualquier edad.
Me pesa hacerle abrir la puerta cuando acababa de cerrar, pero es que su mercería es la única que me coge de paso al salir de la obra. Ya
hace unos cuantos días que miro el escaparate... Dará risa el que un hombre de
mi edad, sucio de cemento y cansado de trajinar por los andamios... Permítame
que me seque el sudor del cuello; el polvo del cemento se me mete en las
grietas de la piel y con el sudor me escuecen. Bueno, yo quería... En su
escaparate hay de todo menos de lo que yo quisiera..., pero quizá no lo tiene
usted puesto porque no está bonito ponerlo. Tiene usted collares, alfileres,
hilos de todas clases. Se nota que esto de los hilos es una cosa que a las
mujeres las vuelve locas... Cuando era pequeño andaba en el canasto de la
costura de mi madre y ensartaba los ovillos en una aguja de hacer punto y me
entretenía dándoles vueltas. Da risa el que un grandullón como yo era se
divirtiese de esa manera, pero, ya se sabe, cosas de la vida. Hoy es el día de
mi mujer y seguro que se cree que no voy a regalarle nada, que no me acuerdo.
Lo que yo quisiera, en las mercerías a veces lo tienen dentro de unas cajas
grandes de cartón... ¿Qué le parece a usted si le regalase un collarcito? Pero
no; no le gustan. Cuando nos casamos le compré uno con las cuentas de cristal
color vino de Málaga; le pregunté si le gustaba y me dijo; sí, me gusta mucho.
Pero no se lo puso ni una sola vez. Y cuando le preguntaba, de vez en cuando
para no cansarla: ¿no te pones el collar?, decía que era de mucho vestir para
ella, y que si se lo ponía le parecía que parecía una vitrina. Y no hubo
manera, no señor, de sacarla de ahí. Rafaelita, nuestro primer nieto, que
nació con un montón de pelos y seis dedos en cada pie, utilizó el collar para
jugar a las canicas. Bueno, veo que la estoy entreteniendo, pero es que hay
cosas difíciles para un hombre. A mí, mándeme usted a comprar lo que sea de
cosas de comer, no soy de esos a los que avergüenza ir con el cesto; al
contrario, me gusta escoger la carne; el carnicero y yo somos amigos desde el
nacimiento; y también escoger el pescado. La pescadera, bueno, sus padres, ya
le vendían pescado a los míos. Pero cuando se trata de comprar cosas que no
sean de comer... ya me tiene usted más perdido que un mochuelo en pleno día. Aconséjeme
usted. ¿Qué cree usted que puedo regalarle?.. ¿Dos docenas de ovillas de
hilo?.. De diferentes colores, pero sobre todo blanco y negro, que son los
colores que siempre hacen falta. A lo mejor le acertaba el gusto, pero ¡vaya
usted a saber! A lo mejor me los tiraba a la cabeza. Según como esté; a veces,
si está de mal humor, me trata como si fuese un chiquillo... Después de treinta
años de matrimonio, un hombre y una mujer... La culpa de todo la tiene el
exceso de confianza. Yo siempre lo digo. Pero, claro, tanto sueño dormido
junto, tantas muertes, tantos nacimientos y tanto pan nuestro de cada día...
¿Y unas cuantas piezas de cintas? No, claro que no... ¿Un cuello de
ganchillo?..A ver, un cuello de ganchillo. Me parece que nos vamos
acercando..., un cuello de ganchillo. Ella tuvo uno de rosas, con capullos y
hojas. Sólo te faltan las espinas, le decía yo para reírme siempre que se lo
cosía a un vestido. Pero ahora ya apenas se arregla, sólo vive para la casa. Es
una mujer de su casa. Si viese usted cómo lo tiene todo de brillante... Las
copas del aparador, ¡madre mía!, creo que las limpia tres veces al día, y con
un paño de hilo. Las coge de una manera que parece que no las toca, las pone
todas encima de la mesa, y dale que te pego, venga darle vueltas al paño por
dentro. Y luego vuelve a ponerlas en su sitio, unas junto a otras, como si
fuesen soldados con un gorro muy grande. ¡Y el culo de las cacerolas!... No
parece sino que la comida en lugar de cocerla dentro tuviera que cocerla
fuera... En casa todo huele a limpio. ¿Qué se cree usted que hago yo en cuanto
llego? ¿Coger el periódico o escuchar el parte?.. Sí, sí; ya me encontraré
preparado un baño de agua soleada en la galería; me obliga a enjabonarme de la
cabeza a los pies y ella misma me enjuaga con una regadera. Ha hecho una
cortina a la medida, de rayas verdes y blancas, para que los vecinos no me
vean. Y en invierno tengo que lavarme en la cocina. Y el trabajo que le queda
luego, recogiendo el agua que se derrama por el suelo. Y si llevo el pelo un poco
largo, me riñe. Y todas las semanas ella misma me corta las uñas... Bueno, sí,
esto que hablábamos del cuello de ganchillo, pues no sé... ¿Y unas madejas de
lana para un jersey?.. Claro que no sé las que necesitaría...Y también comprar
lana con este calor y regalarle una cosa que le dará más trabajo... Permítame
que lea lo que dice que hay dentro de las cajas. Botones dorados, botones de
plata, botones de hueso, botones mate. Encajes de bolillo. Camisetas para
niño. Calcetines de fantasía. Patrones. Peines. Mantillas. Ya, ya veo que
tendré que decidirme porque si no me decido usted terminará por echarme a
empujones. Bueno, ahora que ya hemos hablado un rato y que he cogido un poco
más de confianza, ¿sabe usted lo que de verdad de verdad me gustaría? Unos
calzones de señora... larguitas. Con una puntilla rizada abajo que haga como
Un volante y una cinta antes del volante pasada por los agujeros con las puntas
atadas en un lazo. ¿Tiene usted?..Y tanto que me ha costado decírselo. Se
volverá loca de alegría. Se los pondré encima de la cama sin que se dé cuenta y
se pegará la gran sorpresa. Le diré: ve a cambiar las sábanas, y se extrañará
mucho; irá a cambiarlas y se encontrará con los calzones. ¡Ay!, se le ha
atascado la tapa. Estas cajas tan grandes son dificultosas para abrir y cerrar.
Ya está. Tanto sufrir por nada. Los que me gustan son estos que tienen la
puntilla más rizada porque parecen como de espuma... La cinta, ¿azul? No, no.
El rosa es más alegre. ¿No se le romperán enseguida, verdad?.. Como es tan
hacendosa y no se está un momento quieta..., por lo menos que estén
reforzados. A mí me parece que son fuertes, y si además usted lo dice...Y el
tejido, ¿es de algodón? Parecen bien hechos. Ya se fijará ella, ya. Y no se lo
callará, no. Me gustan, dirá. Y basta. Porque es de pocas palabras, pero dice
todas las necesarias. ¿De qué medida?.. Madre mía, ahora sí que estoy perdido.
A ver, extiéndalos... Ella, ¿sabe usted?, está redonda como una calabacita. Por
el pernil necesita por lo menos lo que tienen de cintura. ¿Y dice usted que
ésta es la medida mayor que tiene? Si parecen de muñeca. Cuando tenía veinte
años le hubieran sentado como un guante..., pero nos hemos hecho viejos. Claro,
¿qué le va usted a hacer? Tampoco yo puedo hacer nada. Lo que pasa es que no
veo ninguna otra cosa que pueda gustarle. Ella siempre ha querido cosas que
sirvan Y ahora, ¿qué hago?, dígame. No voy a presentarme con las manos vacías.
Como no sea que compre algo en la pastelería de la esquina... Pero, claro, no
es eso. Un hombre que trabaja tiene tan poco tiempo para las cosas de
cumplido...
Querido Juan:
Ahora que te han metido en
la cárcel supongo que esperarás que yo me ponga a cavar la tierra y a plantar
papas. María.
24 de julio de 1931.
Querida María:
Por lo más que quieras en
el mundo, no remuevas la tierra. ¿No te das cuenta, sonsa, que allí está
escondido el tesoro? Juan.
15 de agosto de 1931.
Querido Juan:
Alguien de la cárcel debe
de haber leído tu carta pues hoy han venido de la policía y han cavado todo el
campo. ¿Qué hacer, Dios mío, qué hacer? María.
Escucha: hay un camino. Comienza más allá de los enebros, pero si lo buscas durante el día no lo encontrarás. Espera la llegada de la tarde, y refúgiate en el pabellón con una
jarra de té, una alfombra y unos cuantos libros. Así esperarás la llegada de la
noche. Cuando el té se quede frío, desenrolla la alfombra y siéntate en el
centro: sus dibujos te protegerán contra los malos espíritus. Los libros
distraerán tu mente. Elige libros de poesía o de historias caballerescas, pero
evita la filosofía o los tratados morales, que estropean la digestión y agrían
el carácter. Déjate llevar por los senderos de las historias, degusta con
delectación los nombres de los países inventados. Contempla las flores
imaginarias, enamórate de las damiselas del papel. Al mismo tiempo, espía la
aparición de la primera estrella. Cuando oigas el grito del pájaro de la noche,
ponte en pie y camina hasta el extremo del jardín. Entonces lo verás. Presta
atención, porque el camino se abre una vez nada más. Tómalo, no mires atrás. La
vida solo es para los valientes.
(Andrés Ibáñez)
Creado por la diputación de Tarragona en el año 1976, el Museo de Arte Moderno de Tarragona, tiene como finalidad promover el estudio y el conocimiento del arte moderno y contemporáneo y, así mismo, conservar y mostrar el patrimonio artístico de la ciudad y compartirlo con el mundo.
Dotado con una biblioteca auxiliar, un centro de documentación y un archivo fotográfico el edificio que acoge el museo está situado en la parte alta de Tarragona y es fruto de la unión de tres casas del siglo XVIII.
Para conseguir un mayor acercamiento del arte a un amplio sector de público infantil y juvenil, el museo ofrece a los centros de educación la posibilidad de realizar visitas guiadas.
Alfons Carles y Rebeca, como todas las veces que hemos visitado el Museo, nos atendieron con una amabilidad y eficiencia exquisitas. A ellos queremos dedicar esta entrada haciendo manifiesto nuestro agradecimiento por el trato recibido.