Blogs que sigo

martes, 4 de febrero de 2020

Cercadilla


Historia Natural (9)

Al hombre recién nacido le acucia el sueño durante algunos meses, luego, cada día, su vigilia se va haciendo más prolongada. Sueña ya en su más tierna infancia, pues se despierta sobresaltado e imita durante el sueño la acción de mamar. Algunos, en cambio, no sueñan nunca y hemos encontrado ejemplos de que para ellos soñar excepcionalmente constituye un presagio funesto. Tenemos aquí una cuestión importante para la vida del hombre y controvertida, si ciertas premoniciones son propias de una mente en reposo y por qué razón se produce este fenómeno, o si es algo fortuito, como muchas otras cosas. Si se decide de acuerdo con los casos conocidos, son prácticamente iguales en número. Por lo general, existe acuerdo en que los sueños, después de beber y comer y volverse a dormir, carecen de significado. Además, el sueño no es otra cosa que el repliegue del alma sobre sí misma.

En efecto, después de la salida de cualquier estrella, pero en especial de las más notables, o del arco iris, si no se producen lluvias a continuación, sino que el rocío está tibio por los rayos del sol, lo que se forma no es miel sino auténticos medicamentos, dones celestiales para los ojos, las heridas y los órganos interiores. Y si se recoge la miel, cuando sale Sirio y por casualidad coincide en el mismo día, como sucede con frecuencia, la salida de Venus, Júpiter o Mercurio, su dulzura y poder para alejar de la muerte a los enfermos igualan a los del néctar de los dioses.

Los cuernos de una hormiga de la India, expuestos en el templo de Hércules en Eritrea, causaron la admiración general. Estas hormigas sacan el oro de la tierra excavando en una región de la India septentrional que se llama Darda. Son del color de los gatos y del tamaño de los lobos de Egipto. El oro que ellas extraen en tiempo de invierno lo saquean los indios durante el ardiente estío, cuando las hormigas se esconden en sus madrigueras a causa del calor. No obstante, excitadas por el olor, acuden volando y muchas veces despedazan a los hombres, aunque éstos huyen en camellos muy veloces. ¡Tal velocidad y fiereza se añade a su amor por el oro!

Algunos animales no engordan, como la liebre y la perdiz. Son más propensos a la esterilidad los animales gordos, tanto entre los machos como entre las hembras; también envejecen con mayor rapidez los que están excesivamente gordos.  Todos los animales tienen algo de grasa en los ojos. En todos la grasa carece de sensibilidad, porque no tiene arterias ni venas. En la mayoría de los animales la gordura produce insensibilidad. Dicen que por esta razón se ha dado el caso de cerdos vivos roídos por los ratones. Añadamos que al hijo del ex cónsul L. Apronio le fueron extraídas las grasas, para aligerarle el cuerpo de una carga imposible de mover.

Plinio