Un hombre tenía una mujer de
carácter desabrido, sucia y mentirosa, que derrochaba todo lo que su marido
traía a la casa. Un día, este hombre, que era muy pobre, compró carne para
obsequiar a sus invitados. Pero la
mujer se la comió a escondidas, rociándola con un poco de vino. En el momento
de la comida, el hombre le dijo:
"¡Los invitados están aquí!
¿Dónde está la carne y el pan? ¡Sirve a mis invitados!
-El gato se ha comido toda la
carne, respondió la mujer. ¡Vuelve a comprar, si quieres!»
El hombre tomó entonces al gato y
lo pesó en una balanza. Encontró que el animal pesaba cinco kilos. Exclamó:
"¡Oh, mujer mentirosa! ¡La carne que he comprado pesaba también cinco kilos! Si acabo de pesar el gato, ¿dónde está la carne? Pero si es la carne lo que acabo de pesar, entonces ¿dónde ha ido a parar el gato?»
Rumi