Cuando Noé estaba plantando una viña, se apareció Satán y
pidió permiso para ayudarlo.
Satán trajo primero un cordero, lo mató y vertió su sangre
sobre los surcos. Después empapó la tierra con sangre de león. A continuación
atrapó un mono y usó su sangre del mismo modo. Y finalmente le tocó el turno a
un cerdo. Entonces Satán le explicó a Noé sus intenciones:
-Cuando el hombre tome la primera copa de vino se volverá
dulce y alegre como el cordero. Con la segunda copa, será valiente y peleador
como el león, jactándose de su poder. Después de la tercera copa, se pondrá en
ridículo como un mono. Pero si toma cuatro o más copas se convertirá en un
cerdo repugnante, sucio y bestial, capaz de revolcarse en el barro.
Ana María Shua