El poder del emperador
El emperador
Wu Ti murió en una pequeña parte de su enorme palacio, de tal modo que sólo se
enteró Wang Mang, su primer ministro. Mientras, el resto de los colaboradores
y familiares del emperador pasaban el tiempo completamente ocupados en cumplir
las órdenes que habían recibido de su majestad.
El ambicioso
Wang Mang ocultó el cadáver del soberano y siguió dando órdenes en su nombre.
Al cabo de un año el imperio siguió siendo próspero y nadie había notado la
ausencia de Wu Ti. Hasta que un día Wang Mang mostró al pueblo el esqueleto del
emperador y dijo: "Miren. A lo largo de un año el imperio ha funcionado
con un muerto en el trono. Yo he sido el que realmente ha gobernado. Por lo
tanto, merezco ser el nuevo imperador". El pueblo y los ministros
estuvieron de acuerdo. Sentaron a Wang Mang en el trono. Y para que su mandato
fuese tan acertado como el de su antecesor, le dieron muerte.
Anónimo