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miércoles, 14 de septiembre de 2016

Museu Nacional de Arqueología


La cría de elefante  

Érase una vez una cría de elefante que oyó a alguien decir: “Mirad, hay un ratón.” La persona que lo dijo estaba mirando a un ratón, pero el elefante pensó que se estaba refiriendo a él.
Resultaba que había muy pocos ratones en ese país y, en cualquier caso, solían mantenerse en sus madrigueras, y sus voces no se escuchaban demasiado alto. Pero la cría de elefante iba como un trueno de un lado a otro, en un estado de éxtasis por su descubrimiento, diciendo: “¡Soy un ratón!”
Lo dijo tan alto, tan frecuentemente y a tanta gente que -lo creáis o no- existe ahora un país entero en el que casi todo el mundo cree que los elefantes, y especialmente las crías de elefantes, son ratones.
Es verdad que, de vez en cuando, los ratones han intentado poner reparos a los que mantienen la creencia mayoritaria, pero siempre se les ha hecho huir.
Y si alguien quiere alguna vez volver a abrir de nuevo esta cuestión de ratones y elefantes en aquellos lugares, es mejor que tenga una buena razón, nervios de acero y medios efectivos de defender su causa.

Anónimo