El estudioso
Desde los seis años sentí el impulso de dibujar
las formas de las cosas. Hacia los cincuenta, expuse una colección de dibujos;
pero nada de lo ejecutado antes de los setenta me satisface. Sólo a los setenta
y tres años pude intuir, siquiera aproximadamente, la verdadera forma y
naturaleza de las aves, peces y plantas. Por consiguiente, a los ochenta años
habré hecho grandes progresos; a los noventa habré penetrado la esencia de
todas las cosas; a los cien, habré seguramente ascendido a un estado más alto,
indescriptible, y si llego a ciento diez años, todo, cada punto y cada línea,
vivirá. Invito a quienes vivirán tanto como yo a verificar si cumplo estas promesas.
Escrito a la edad de setenta y cinco años, por mí, antes Hokusai, ahora
llamado Huakivo-Royi, el viejo enloquecido por el dibujo.
Adler-Revon