-El problema
podría denominarse "Problema de la perla más ligera". Se enuncia de
esta manera:
-Un mercader
de Benarés, en la India, tenía ocho perlas iguales por su forma, tamaño y
color. De estas ocho perlas, siete tenían el mismo peso; la octava era un poco
más ligera que las otras. ¿Cómo podría el mercader descubrir la perla más
ligera e indicarla con toda seguridad utilizando la balanza y efectuando dos
pesadas, sin disponer de pesa alguna? ¡Aquí el problema! ¡Que Allah te
inspire, ¡oh calculador!, y halles la solución más sencilla y más
perfecta!
Al escuchar el enunciado del problema de las
perlas, un jeque de cabello blanco, con largo collar de oro, que se encontraba
al lado del capitán Sayeg, dijo en voz baja.
-¡Qué
problema tan ingenioso! ¡El sabio libanés es admirable¡ ¡Gloria al Líbano, el
País de los Cedros!
Beremiz Samir, luego de meditar unos instantes, dijo con voz firme:
-No creo
difícil el oscuro problema budista de la perla más leve. Un razonamiento bien
orientado puede revelar desde luego la solución.
Analicemos:
tengo ocho perlas iguales. Iguales en la forma, en el color, en el brillo y en
el tamaño. Totalmente iguales.
Alguien
aseguró que entre esas ocho perlas destacaba una por ser un poquito más leve
que las otras, y que las otras siete tenían el mismo peso. Para descubrir la
más ligera sólo hay un camino: usar una balanza. Para pesar perlas se necesita
una balanza delicada y fina, de brazos largos y platillos muy ligeros. La
balanza debe ser sensible. Y todavía más: la balanza deber ser exacta. Tomando
las perlas de dos en dos y colocándolas en la balanza -una en cada platillo-,
se podría descubrir, por lógica, la perla más ligera. Pero si la perla más
ligera fuera una de las dos últimas, estaría obligado a efectuar cuatro
pesadas. El problema exige que la perla más ligera sea descubierta y
determinada en dos pesadas, cualquiera que sea la posición que ocupe. La
solución que creo más sencilla es la siguiente:
Dividamos las perlas en tres grupos y
llamemos a cada uno de estos grupos A, B y C.
El grupo A
tendrá tres perlas; el grupo B, tendrá también tres perlas; el grupo C estará
formado por las dos restantes. Con sólo dos pesadas descubriré así cual es la
perla más ligera, sabiendo que siete pesan exactamente lo mismo.
Pongamos los
grupos A y B en la balanza y coloquemos un grupo en cada platillo: efectuaremos
así la primera pesada. Pueden ocurrir dos cosas:
1° que
los grupos A y B presenten pesos iguales.
2° que
presenten pesos desiguales al ser uno de ellos, A por ejemplo, más ligero.
En la primera
hipótesis -A y B con el mismo peso- podemos asegurar que la perla más ligera
no pertenece al grupo A ni figura en el grupo B. La perla más ligera deberá
estar entre. las que forman el grupo C.
Tomemos,
entonces, esas dos perlas que forman el grupo C y pongámoslas en los platillos
de la balanza -segunda pesada-. Esta indicará cuál es la más ligera y el caso
quedará así resuelto.
En la segunda
hipótesis -A más ligero que B- queda claro que la perla más ligera está en el
grupo A, o sea: es una de las tres perlas del grupo menos pesado. Tomemos
entonces dos perlas cualesquiera del grupo A y dejemos la otra de lado. Pesemos
esas dos perlas -segunda pesada-. Si la balanza queda en equilibrio, la tercera
perla -la que dejamos de lado- es la más ligera. Si hubiera desequilibrio, la
perla más ligera está en el platillo que se alza.
En homenaje
al Calculador, el viejo astrónomo del País de los Cedros, recitó los siguientes
versos de Omar Khayyam, poeta y gran geómetra de Persia:
Si una
rosa de amor tú has guardado bien
en tu
corazón.
Si a un
Dios supremo y justo dirigiste
tu humilde oración.
Si con la
copa alzada
cantas un
día tu alabanza a la vida.
No has
vivido en vano.
Malba Tahan