El que enderezaba jorobados
Había una vez un médico que se vanagloriaba de ser capaz
de mejorar a los jorobados.
-Si un hombre es curvo como un arco, como una tenaza o
como un aro, basta con que se dirija a mí, para que yo, en un día, lo enderece
-decía.
Cierto jorobado fue lo suficientemente ingenuo para creer
en esas seductoras palabras, y se dirigió a él para que lo desembarazara de su
joroba.
El charlatán cogió dos tablones, colocó uno en el suelo,
hizo acostarse encima al jorobado, colocó el segundo tablón encima, enseguida,
subiéndose encima pisoteó con fuerza a su paciente. El jorobado quedó derecho
pero murió.
Como el hijo del muerto quiso llevarlo a la justicia, el
charlatán exclamó:
-Mi oficio es el de curar a los jorobados de sus jorobas;
yo los enderezo; que mueran o no, ¡eso a mí no me concierne!
P. Wei
Chin-Chi