El Museo del Cine-Colección Tomás Mallol es una institución permanente, sin ánimo de lucro, abierta al público
como un espacio de participación científica, cultural y lúdica de los
ciudadanos, y al servicio de la sociedad y su desarrollo. Su misión es
favorecer la comprensión y el conocimiento de la historia de la imagen en
movimiento y del cine a través de la conservación, investigación,
interpretación y exposición permanente de la Colección Tomás Mallol y de otras
colecciones u objetos que puedan adquirir, así como también a través de la
organización de actividades y el ofrecimiento de servicios que permitan la
interacción con los visitantes y usuarios del museo.
Cómo dividir a dos amigos
Cuando Birbal estaba ausente,
Akbar se daba cuenta de cuánto valía. Una vez, Birbal fue a visitar a sus
parientes, y por esa época Akbar estaba preocupado por su hijo adolescente, el
príncipe Salim (el posterior emperador Jehangir). El príncipe tenía un amigo
que era una calamidad, de nombre Yusuf. En compañía de Yusuf, el príncipe Salim
estaba adquiriendo malos hábitos.
Preocupado, Akbar consultó a sus
ministros. Hubo vanas sugerencias:
-Enviad al príncipe Salim a otro
lugar durante una temporada.
-Desterrad a Yusuf del reino.
-No permitáis que los dos se
junten de nuevo.
-Hay que decirle al príncipe que
su amigo no es buena compañía.
Aunque las propuestas eran
numerosas, ninguna parecía útil.
El día en que volvió Birbal,
Akbar le confió su inquietud. Birbal reflexionó y después contestó:
-Majestad, dadme dos días de
tiempo. Vuestro problema será resuelto.
Al día siguiente, Birbal se
encontró con Yusuf. Por casualidad, Salim también estaba presente. Birbal se
llevó tranquilamente a Yusuf a un lado, y Salim lo notó. El astuto Birbal
susurró entonces al oído de Yusuf:
-Yusuf, el sol siempre sale por
el Este.
Luego, Birbal se apartó y dijo en
voz alta:
-No se lo digas a nadie.
Dicho esto, Birbal se alejó.
En pocos segundos, el príncipe
Salim estaba junto a Yusuf.
-¿Qué te ha susurrado al oído?
-preguntó el Príncipe.
-Oh, nada -respondió Yusuf, lo
cual no dejaba de ser cierto, pues Yusuf no había entendido bien lo que había
dicho Birbal.
Pero el príncipe Salim
desconfiaba.
-¡Mientes! Birbal susurró algo
-insistió el Príncipe.
-De verdad que no he entendido lo
que ha dicho -replicó Yusuf.
-Pensaba que eras mi amigo. Pero
sólo podrás ser mi amigo si me dices lo que te ha contado Birbal -amenazó el
Príncipe.
-Ha dicho alguna tontería: «El
sol siempre sale por el Este» o algo por el estilo. De veras que lo ha dicho
-juró Yusuf.
-¡Eres un mentiroso redomado!
-gritó el Príncipe-. ¡Nunca más te dirigiré la palabra!
-¡Y tú eres más tonto que un
arado! -respondió Yusuf también a voz en grito-. No te crees la verdad. Yo
tampoco te dirigiré la palabra nunca más porque no confías en mí.
Escondido detrás de un árbol,
Birbal contempló el drama. El Emperador estaría satisfecho con lo que había
conseguido; en efecto, el príncipe Salim y Yusuf nunca más se dirigieron la palabra. El
Emperador premió espléndidamente a Birbal por separar a los dos amigos con
tanta facilidad.
Clifford Sawhney - Cuentos y hazañas del incomparable Birbal