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sábado, 28 de enero de 2017

Museu da Marioneta - Lisboa


Intentando aprender

Estoy intentando aprender que este hombre alegre que me gasta bromas es el mismo hombre serio, que, al hablarme de dinero con tanta seriedad, incluso deja de verme, y ese hombre paciente que me aconseja en ocasiones difíciles y ese hombre malhumorado que cierra de un portazo cuan­do se va de casa. He deseado muchas veces que el hombre alegre fuera más serio, y que el hombre serio fuera menos serio, y que el hombre paciente fuera más alegre. En cuanto al hombre malhumorado, me resulta un extraño y no con­sidero un error detestarlo. Ahora estoy descubriendo que si le digo algo desagradable al hombre malhumorado cuando se va de casa, estoy ofendiendo, en ese mismo momento, a los otros, a quienes no quisiera ofender, al hombre alegre que gasta bromas, al hombre serio que habla de dinero, y al hombre paciente que da consejos. Pero miro, por ejemplo, al hombre paciente, a quien sobre todas las cosas quisiera proteger de palabras tan desagradables como las mías, y aunque me digo que es el mismo hombre que los otros, sólo puedo creer que no le he dicho esas palabras a él, sino a otro, a mi enemigo, que merece toda mi irritación.

Lydia Davis