El lado bueno de la rebanada de pan
Un día se le hizo una pregunta
verdaderamente molesta a un rabino, como cuenta una historia judía de las más
sabrosas.
De hecho, es la historia de un
milagro. Un día un hombre dejó caer por descuido su rebanada de pan untada con
mantequilla y aquel día, ¡oh prodigio!, no cayó del lado de la mantequilla. Al
contrario de todas las tradiciones, de todas las creencias, al contrario de lo
que afirman las Escrituras, la rebanada cayó del lado del pan sin untar.
Era un milagro.
El rumor se propagó a toda
velocidad por la pequeña ciudad, las gentes se reunieron y se enzarzaron en
profundísimas discusiones. ¿Por qué la rebanada no había caído aquel día del
lado de la mantequilla?
Se corrió hasta la sinagoga, se
le explicó lo sucedido al rabino, que juzgó el suceso muy delicado y pidió todo
un día y una noche de reflexión y oración.
Era un hombre muy reputado por su
sabiduría. Todo el día, y toda la noche, ayunó, reflexionó, rezó y consultó los
libros santos.
Al día siguiente, el rostro
cansado pero iluminado por la verdad, se dirigió a la casa donde se había
producido el supuesto milagro. Todos los ciudadanos lo rodeaban. Se hizo llevar
hasta el hombre y le dijo:
-La solución es sencilla, y te la
voy a decir. No es que la rebanada haya caído mal. Es que tú has puesto la
mantequilla en el lado equivocado.
Jean-Claude Carrière