Ahora viene un hombre empujando un carro cargado de cajas que huelen a mierda. Se para ante cada casa, saca de su carro una caja vacía y la deja a la puerta de la casa y coge la caja llena que hay en el suelo y la carga en su carro y sigue hasta la siguiente casa, donde hace lo mismo. Ante la casa de Isidora hace también lo mismo.
Me acerco al hombre.
-¿Qué haces? -digo.
-Soy el mierdero -dice.
Ramiro Pinilla - Verdes valles, colinas rojas
Las calles de Valencia no están pavimentadas o no se las pavimenta con demasiado celo, ya que la tierra que hay en ellas es un excelente abono para los campos. Dado que es un terreno muy sólido que se mantiene limpio, ni siquiera en invierno, como me aseguraron por doquier, hay porquería. La limpieza de ésta, sin embargo, reporta un beneficio a la ciudad: Los jardineros pagan una cierta suma para poder retirar de las calles la porquería y por eso, inmediatamente después de la apertura de la puerta de la ciudad, entran en ésta y en cuando se sale a la calle, ya no se ve ni rastro de ellos.
Al censurarle su hijo Tito la intención de aplicar un impuesto sobre los excrementos, Vespasiano le dio a oler la primera cantidad recaudada por este impuesto, al tiempo que le preguntaba si su olor le molestaba; como Tito respondiera negativamente, añadió: "Pecunia non olet".
Suetonio - Vida de los doce Césares
Esta expresión tiene su origen en el mundo del
teatro. Antiguamente la gente asistía a éste en medios de locomoción tirados
por caballos. Cuanta más gente, más caballos y con ello más probabilidad de que éstos hiciesen sus necesidades a las puertas del teatro. De ahí el dicho
"te deseo mucha mierda" o pisar mierda porque auguraba la asistencia
de público.
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