Un cocinero estaba preparando el almuerzo; varios perros se habían tumbado a la puerta de la cocina. El cocinero mató una ternera y arrojó las vísceras al patio. Los perros se lanzaron sobre ellas, se las comieron y dijeron:
-Es un buen cocinero. Guisa bien.
Al poco rato el cocinero empezó a limpiar unos guisantes, un nabo y una cebolla, y arrojó fuera las mondas. Los perros se abalanzaron sobre ellas, pero inmediatamente retiraron el hocico y dijeron:
(L. Tolstoi - Los perros y el cocinero)