Epístolas (2)
La virtud es evitar el vicio y la sabiduría primera
haberse librado de la estupidez.
***
La plata vale menos que el oro, que las virtudes el oro.
***
Serás rey, si cumples la ley.
***
Siempre que sus reyes desvarían, sufren daño los aqueos.
De sedición, perfidia, crimen, codicia e ira
se peca dentro y fuera de los muros de Ilión.
***
Nosotros somos estadística, nacidos para comer los frutos de la tierra.
***
Para degollar a alguien se levantan de noche los bandidos.
Para servirte a ti mismo, ¿no te despiertas?
***
Medio camino hace quien empieza. Atrévete a ser
sensato. Empieza. Quien aplaza el vivir rectamente
espera, como el paleto, a que se agote la corriente del río;
pero éste discurre y discurrirá arremolinado sin parar.
***
Quien alcance lo que le es suficiente, no desee más.
***
A menos que la vasija esté limpia, cuanto viertas se agria.
***
Ahora de joven absorbe
en tu puro pecho la verdad, date ahora a gente mejor.
Las jarra conservará durante mucho tiempo el olor de que
se impregnó aún fresca. Mas, si te paras o resuelto te
adelantas, ni espero al lento ni urjo a los adelantados.
***
En medio de esperanza y ansiedad, miedo e ira,
piensa que cada día te ha amanecido como el último.
Grata sobrevendrá la hora que no se espere.
***
¿Dónde me voy a meter la fortuna, si no puedo usarla?
***
¿Qué no destapa la ebriedad? Descerraja secretos,
confirma esperanzas, empuja al cobarde al combate,
exime de carga a espíritus angustiados, adiestra en artes.
Horacio
Llegar a viejo
Si se llevasen el miedo y nos dejasen lo bailado
para enfrentar el presente, si se llegase
entrenado y con ánimos suficientes, y
después de darlo todo, en justa
correspondencia, todo estuviese pagado, y el
carné de jubilado abriese todas las
puertas, quizás llegar a viejo sería
más llevadero, más confortable,
más duradero, si el ayer no se olvidase tan
aprisa, si tuviesen más cuidado en
dónde pisan, si se viviese entre amigos
que, al menos, de vez en cuando pasasen una
pelota, si el cansancio y la derrota no supiesen
tan amargo, si fuesen poniendo luces en el camino
a medida que el corazón se acobarda, y los
ángeles de la guarda diesen señales
de vida quizás llegar a viejo sería más razonable,
más apacible, más transitable, si la
veteranía fuese un grado, si no se llegase
huérfano a ese trago, si tuviese más
ventajas y menos inconvenientes, si el alma se
apasionase, el cuerpo se alborotase y las piernas
respondiesen, y del pedazo de cielo reservado para
cuando toca entregar el equipo repartiesen
anticipos a los más necesitados quizás llegar a viejo
sería todo un progreso, un buen remate,
un final con beso, en lugar de amontonarlos en la
historia convertidos en fantasmas con memoria, si
no estuviese tan oscuro a la vuelta de la esquina,
o simplemente si todos entendiésemos que
todos llevamos un viejo encima.
Joan Manuel Serrat