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viernes, 1 de septiembre de 2017

Café España - Burgos


Para una copa de plata

Cuando labres, Hefesto, la plata, hazme ¡armas, no por cierto!, pues ¿qué hay de común entre la guerra y yo? Antes bien una copa, profunda cuanto puedas. Y grábame en ella no astros, ni el Carro ni el temible Orión. ¿Qué se me da de las Pléyades? ¿Pues qué del hermoso Boyero?                                                                         
Ponme unos viñedos con racimos que pendan y Ménades vendimiando, y hazme a unos que pisen un lagar, los Sátiros risueños, de oro los Amores, y Citera riente junto al bello Dioniso, y Eros y Afrodita.

Anacreónticas IV