En los antiguos anales se nos da
la siguiente noticia relativa a los Libros Sibilinos: una anciana
extranjera y desconocida acudió a Tarquinio el Soberbio llevando consigo nueve
libros que, según ella, eran oráculos divinos. Tenía intención de venderlos.
Tarquinio preguntó cuál era su precio y la mujer pidió una suma desmesurada. El
rey, creyendo que la anciana desvariaba, se burló de ella. Entonces aquella
colocó en presencia del rey un brasero encendido y quemó completamente tres de
los nueve libros, y preguntó al rey si quería comprarle los seis que quedaban
por el mismo precio. Sin embargo, Tarquinio rió todavía más y dijo que era
evidente que la anciana deliraba. Allí mismo y al punto la mujer volvió a
quemar otros tres libros, y de nuevo le pregunta tranquilamente si está
dispuesto a comprar los tres libros que quedan por el mismo precio. Tarquinio
se pone ya serio y presta más atención, pues entiende que no debe subestimar la
firmeza y tesón de esta mujer, y compra los tres libros que quedaban no por
menor precio que el que le había pedido por todos. Sin embargo, jamás se supo
más de esta mujer una vez la perdió de vista Tarquinio. Estos tres libros
guardados en el sagrario del templo se llaman Sibilinos, a ellos acuden
los Quindecenviros como si fueran un oráculo cuando es preciso hacer una
consulta pública a los dioses inmortales.
Aulo Gelio