¡Palabras de Cohélet, hijo de David, rey en
Jerusalén. ¡Vanidad de vanidades! -dice Cohélet- ¡vanidad de vanidades, todo
vanidad! ¿Qué saca el hombre de todo su fatigoso afán bajo el sol?
Una generación
va, otra generación viene; pero la tierra para siempre permanece. Sale el sol
y el sol se pone; corre hacia su lugar y allí vuelve a salir. Sopla hacia el
sur el viento y gira hacia el norte; gira que te gira sigue el viento y vuelve
el viento a girar. Todos los ríos van al mar y el mar nunca se llena; al lugar
donde los ríos van, allá vuelven a fluir. Todas las cosas dan fastidio. Nadie
puede decir que no se cansa el ojo de ver, ni el oído de oír. Lo que fue, eso
será; lo que se hizo, eso se hará: nada nuevo hay bajo el sol. Si algo hay de
que se diga: "Mira, eso sí que es nuevo", aun eso ya era en los
siglos que nos precedieron. No hay recuerdo de los antiguos, como tampoco de
los venideros quedará memoria en los que después vendrán.
He observado
cuanto sucede bajo el sol
y he visto que
todo es vanidad y atrapar vientos.
Lo torcido no
puede enderezarse,
lo que falta no se puede contar.
Donde abunda sabiduría, abundan penas,
y quien acumula ciencia acumula dolor.
Eclesiastés