El cielo del gorrión
Había un gorrión minúsculo que,
cuando retumbaba el trueno de la tormenta, se tumbaba en el suelo y levantaba
sus patitas hacia el cielo.
-¿Por qué haces eso? -le preguntó
un zorro.
-¡Para proteger a la tierra, que
contiene muchos seres vivos! -contestó el gorrión-. Si, por desgracia, el cielo
cayese de repente, ¿te das cuenta de lo
que ocurriría? Por eso levanto mis patas para sostenerlo.
-¿Con tus enclenques patitas
quieres sostener el inmenso cielo? -preguntó el zorro.
-Aquí abajo cada uno tiene su
cielo -dijo el gorrión-. Vete, idiota, tú no lo puedes entender.
Jean-Claude
Carriere