El loco
En el jardín de un sanatorio para
dementes trabé conocimiento con un varón joven de cara pálida, bastante
agradable, y pleno de asombro.
Y después de sentarme a su lado,
en una banca, le pregunté: "¿Por qué causa estás aquí?"
Y aquel joven varón me observó,
atónito, y me contestó: "Es en verdad una pregunta inoportuna, pero te
responderé. Sucede que mi padre deseaba que me pareciese yo a la imagen de
él, así como mi tío deseaba que fuese yo
como él. Mi madre deseaba que me pareciese yo a la imagen de su ilustre
progenitor. Mi hermana me daba el ejemplo de su marido, que es hombre de mar,
para que continuara su ejemplo. Mi hermano quiere que me asemeje a él, que es
un famoso deportista.
"Y mis profesores asimismo
deseaban que fuese yo como ellos: el doctorado en filosofía, el profesor de
música, el de lógica...; todos ellos se encontraban empeñados en que fuera yo
una imagen fiel, como la de un espejo, de la cara de cada uno de estos
varones.
"Así que por lo tanto, vine
a este lugar. Creo que este sitio es el más saludable... Al menos aquí, puedo
ser yo mismo."
De improviso, aquel joven varón
se giró hacia mí, y me demandó: "Pero, explícame, ¿también tú arribaste a este sitio, forzado
por tus educadores y los buenos consejos?"
Le respondí: "No, solamente
estoy de visita."
Y el joven varón comentó
despectivo: "¡Ah! Tú eres de los que habitan en el manicomio, al otro lado
de esa valla."
Gibran J. Gibran
Para Castillo, de Javier