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martes, 7 de mayo de 2013

Una de marineros

¡Arriad el foque!, ordena el capitán. ¡Arriad el foque!, repite el segundo. ¡Orzad a estribor!, grita el capitán. ¡Orzad a estribor!, repite el segundo. ¡Cuidado con el bauprés!, grita el capitán. ¡El bauprés!, repite el segundo. ¡Abatid el palo de mesana!, grita el capitán. ¡El palo de mesana!, repite el segundo. Entretanto, la tormenta arrecia y los marineros corremos de un lado a otro de la cubierta, desconcertados. Si no encontramos pronto un diccionario, nos vamos a pique sin remedio.
                                                                         (Ana María Shua - ¡Arriad el foque!)


Enfurecido por tanto el río con el flujo del mar y resistencia de las olas, le hicieron tan peligroso y terrible el ruidoso estruendo y los precipitados remolinos, que dudando el piloto dio orden a los marineros de mudar de rumbo, con ánimo de volver al puerto. Adviértelo César, se descubre, y tomando la mano al piloto, que se queda pasmado al verle: «Sigue, buen hombre -le dice-; ten buen ánimo, no temas, que llevas contigo a César y su fortuna.»  (Plutarco)

Iba a dar la vela para la vuelta a tiempo que soplaba un recio viento por todo el mar; y aunque se oponían los pilotos, se embarcó (Pompeyo) el primero y dio la orden de levantar el áncora diciendo: «El navegar es necesario, y no es necesario el vivir».  (Plutarco)

Navegantes antiguos tenían una frase gloriosa:
“Navegar es preciso; vivir no es preciso.”
Quiero para mí el espíritu de esta frase, transformada
la forma para casarla con lo que yo soy; vivir no
es necesario; lo que es necesario es crear.
No cuento gozar mi vida; ni en gozarla pienso.
Sólo quiero tornarla grande, pese a que para eso
tenga que ser mi cuerpo y mi alma la leña de ese fuego.
Sólo quiero tornarla de toda la humanidad; pese a que para eso
tenga que perderla como mía.
Cada vez más así pienso. Cada vez más pongo
en la esencia anímica de mi sangre el propósito
impersonal de engrandecer la patria y contribuir
para la evolución de la humanidad.
Es la forma que en mí tomó el misticismo de nuestra Raza.
                                                                                      (F. Pessoa)  
          
Canta Lula Pena