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sábado, 18 de mayo de 2013

Escola Joso

Escola de Còmic Joso es un centro de formación creado para llenar un vacío, ante la necesidad, de una formación especializada, en una serie de oficios artísticos, que hasta ahora no contaban con una oferta de enseñanza donde se pudieran formar de manera práctica a los futuros profesionales del medio.
El centro ofrece formación teórico-práctica para todas aquellas personas cuya vocación les llame a interesarse por diferentes ámbitos de especialización dentro del apasionante mundo de las artes gráficas. Escola Joso cuenta para ello con unas amplias instalaciones dedicadas a la docencia de las diferentes materias y técnicas, impartidas por un profesorado de contrastada experiencia profesional en el medio.

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Las palabras congeladas

Un mercader, hallándose en Polonia, tomó la decisión de comprar una gran cantidad de nutrias con la idea de  lle­varlas a Italia y ganar con ellas mucho dinero, pero no podía ir en persona a Moscovia porque entonces había guerra entre el rey de Polonia y el duque de Moscovia. Después de mucho meditar, consiguió que determinado día varios mercaderes de Moscovia acudieran a la frontera con Polonia; él los aguardaría del otro lado y harían de este modo el negocio. El mercader, oriundo de
Luca, llegó el día convenido, junto con sus compañeros, a un ancho río llamado Boristhenes, que estaba congelado como un tro­zo de mármol, y vio en la otra orilla a los moscovitas, que tampoco osaban atravesar la frontera por temor a los de Polonia. Así, habiéndose visto y saludado mediante señas, los moscovitas dijeron a los gritos el precio que pedían por sus nutrias. Sin embargo no lograban entenderse, tanto frío hacía que sus palabras, antes de llegar a la otra orilla donde estaban el mercader de Luca y sus intérpretes, se congela­ran y quedaran todas como cuajadas en el aire. Al ver que ocurría esto, los de Polonia, que conocían el fenómeno, optaron por hacer un gran fuego en medio del río ya que, según ellos, era en aquel punto exacto donde la voz toda­vía caliente terminaba atrapada por el hielo. El río, duro y macizo, soportó el fuego sin problemas. Por lo tanto, al cabo de una hora las palabras que habían estado congela­das en el aire comenzaron a derretirse y a descender mur­murando, como las nieves cuando en mayo se desatan de las colinas. De pronto todas las palabras pudieron escu­charse a la perfección, pero para entonces los moscovitas ya se habían ido y al mercader de Luca le pareció muy alto el precio que pedían por las nutrias.

                      (Baldassare Castiglione - El cortesano)