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Odín
Se refiere que a la corte de Olaf Tryggvason,
que se había convertido a la nueva fe, llegó una noche un hombre viejo,
envuelto en una capa oscura y con el ala del sombrero sobre los ojos. El rey
le preguntó si sabía hacer algo; el forastero contestó que sabía tocar el arpa
y contar cuentos. Tocó en el arpa aires antiguos, habló de Gudrun y de Gunnar
y, finalmente, refirió el nacimiento de Odin. Dijo que tres parcas vinieron,
que las dos primeras le prometieron grandes felicidades y que la tercera dijo,
colérica: «El niño no vivirá más que la vela que está ardiendo a su lado».
Entonces los padres apagaron la vela para que Odin no muriera. Olaf Tryggvason
descreyó de la historia; el forastero repitió que era cierta, sacó la vela y la
encendió. Mientras la miraban arder, el hombre dijo que era tarde y que tenía
que irse. Cuando la vela se hubo consumido, lo buscaron. A unos pasos de la
casa del rey, Odin había muerto.
Jorge Luis Borges y Delia Ingenieros
Antiguas literaturas germánicas (1951)
Antiguas literaturas germánicas (1951)
Marcapaginasporuntubo, agradecido, a Carlos Trigueros