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martes, 26 de mayo de 2020

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Utopías del Mundo Antiguo

Atraviesa la tierra de los escitas una gran corriente, a la que llaman el Istro. En éste, unos mercaderes, que habían encallado una nave en las rocas, como no podían ya salvarla, se marcharon entre lamentos. Entonces unos piratas que no se habían percatado de su desgracia; se acercaron con una nave vacía y después tranquilamente fueron depositando en ella el cargo y al mismo tiempo que el cargo de la nave trasladaron sin darse cuenta la desgracia. Pues al aligerarse la nave se levantó a flote y pudo navegar; la que tomó el cargamento se hundió rápidamente y se fue al fondo por el saqueo de riquezas ajenas. 

También en la lengua tenían una característica peculiar que en parte les era naturalmente congénita y en parte estaba lograda mediante un artificio; en efecto, tenían la lengua doble en una cierta extensión, y además dividían la parte interior, de modo que venía a ser doble hasta la base. Por ello tenían la capacidad de emitir la máxima variedad de sonidos, imitando no sólo todos los lenguajes articulados propios del hombre, sino también los múltiples sonidos de los pájaros, y, en general, emitían cualquier sonido peculiar; lo más sorprendente de todo era que hablaban perfectamente con dos interlocutores, respondiéndoles y tratando con propiedad de las circunstancias del caso; pues con una mitad de la lengua conversaban con uno y a su vez con la otra, de modo similar con el otro.

Lo más sorprendente es lo que ocurre entre ellos en los alumbramientos. Cuando una mujer da a luz, nadie se cuida de ella durante el parto, sino que su marido se deja caer a su lado como si padeciera los dolores del parto durante unos días determinados, como si los estuviera padeciendo en su propio cuerpo. 

Cantiga do desemprego

Fumo um cigarro deitado
no mês de Janeiro
fecho a cortina da vida
espreguiço em Fevereiro
e procuro trabalho
nesta esperança de Março

já me farta de tanto Abril
e aquilo que não faço
espreito por um funil
a promessa de Maio
porque esperar prometido
nessa eu já não caio

queimo os dias de Junho
no sol quente de Julho
esfrego as mãos de contente
num sorriso de entulho
para teu grande desgosto
janto contigo em silêncio
e lentamente esquecido
digo-te adeus em Agosto
meu Setembro perdido
numa esquina que eu roço
e penso em Outubro
o menos que posso

mas quando sinto a verdade
daquilo que cansa
nunca houve vontade
do tempo de andança
sinto força em Novembro
juro luta em Dezembro