Sin título
En realidad no eres Fidelia. Al oír ese bello nombre
lo creí, pero tú para mí eres más amarga que la muerte.
Rehuyes al que te ama y al que no te ama persigues,
para rehuirlo a su vez cuando te ama.
Tu boca es por naturaleza un anzuelo que enloquece; lo he
mordido y me tienes ya colgado de tus labios de rosa.
Macedonio
Sin título
Arrojemos, grata amiga, nuestras ropas y que los miembros
desnudos se acerquen a los desnudos miembros
enlazándose. Que no haya nada en medio, pues tu delicado
velo me parece la muralla de Semíramis.
Nuestros pechos unamos y nuestros labios. Lo demás
en silencio se oculte. Odio la boca que no sabe cerrarse.
Paulo