Sin título
En agraz no asentiste; cuando eras un racimo en sazón me desdeñabas;
no rehúses darme, aunque sea poca cosa, del racimo paso.
Anónimo
Sin título
Lloras, con tus palabras pides compasión, me contemplas demasiado,
eres celoso, me abrazas constantemente, me besas muy fuerte;
todo eso es propio de un amante. Pero cuando te digo «estoy
tendida junto a ti» y te quedas quieto, no tienes nada de lo que tiene un amante.
Filodemo