Ye una editorial que naz col espíritu de vindicar la lliteratura en llingua asturiana.
Y así no sólo lo exhiben sus títulos, sino también su página web y su blog, que además de presentar las novedades de la editorial, tienen la intención de convertirse en un espacio de creación literaria y artística. “Buscamos ante todo la calidad, por encima de que los autores sean más o menos conocidos, creo que si se echa un vistazo al catálogo, hay una cierta predilección por autores poco conocidos y hacia una literatura “urbana”, con todas las comillas que se le puedan poner a esa expresión” explica la editora. “Hay una parte de gusto personal, otra de instinto, que puede estar más o menos equivocado, de enamoramiento hacia una obra…”.
Y así no sólo lo exhiben sus títulos, sino también su página web y su blog, que además de presentar las novedades de la editorial, tienen la intención de convertirse en un espacio de creación literaria y artística. “Buscamos ante todo la calidad, por encima de que los autores sean más o menos conocidos, creo que si se echa un vistazo al catálogo, hay una cierta predilección por autores poco conocidos y hacia una literatura “urbana”, con todas las comillas que se le puedan poner a esa expresión” explica la editora. “Hay una parte de gusto personal, otra de instinto, que puede estar más o menos equivocado, de enamoramiento hacia una obra…”.
Varios
gauchos en la pulpería conversan sobre temas de escritura y de fonética. El
santiagueño Albarracín no sabe leer ni escribir, pero supone que la palabra trara
no puede escribirse. Crisanto Cabrera, también analfabeto, sostiene que
todo lo que se habla puede ser escrito.
-Pago la copa para
todos -le dice el santiagueño- si escribe trara.
-Se la juego
-contesta Cabrera; saca el cuchillo y con la punta traza unos garabatos en el
piso de tierra.
De atrás se asoma
el viejo Álvarez, mira el suelo y sentencia:
-Clarito, trara.
Luís L. Antuñano