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jueves, 2 de mayo de 2019

Ramón Casas - Gothsland



Cuando la soberbia florece, da como fruto el racimo de la pérdida del propio dominio y recolecta cosecha de lágrimas.

Y vosotros, ancianos, tened alegría a pesar de los infortunios, concediendo placer cada día a vuestro ánimo, porque a los muertos la riqueza de nada les sirve.

Nunca temería yo galas con que un guerrero pueda adornarse. Ni los emblemas producen heridas. Penachos y badajos no muerden sin la lanza.

Pero no existe blasón en su escudo, pues no quiere parecer el mejor, sino serlo.

Todo el mundo es más delicado cuando es feliz.

¡Ay de las empresas de los hombres mortales! Cuando van bien, se pueden comparar a una sombra; y si van mal, con aplicar una esponja mojada se borra el dibujo. Esto, mucho más que aquello, me inspira compasión.

En la común opinión de los mortales, tener buena suerte vale tanto como ser un dios e incluso más que un dios.

Lo que no es justo no prevalece por apoyarse con juramentos.

Si contaminas el agua clara con turbias corrientes y fango, jamás hallarás qué beber.

¿Qué mortal es justo si no ha temido nada?

Todo es molesto, salvo imperar sobre los dioses, porque no hay nadie realmente libre, excepto Zeus.

Es muy ventajoso tener sensatez y parecer que no se tiene.

Esquilo