Tres tristes tigres (fragmento)
En el silencio que dejó el carro detrás subía
las escaleras flanqueadas por dátiles en flor y atravesé el oscuro pasillo
solo y en silencio y sin miedo al hombre-lobo ni a la mujer pantera y cogí el
elevador en silencio y encendí la luz de
la cabina y la apagué de nuevo para subir a oscuras y en silencio entré en casa y en silencio me
quité la camisa y los zapatos en silencio y en silencio fui al baño y oriné y
me saqué los dientes en más silencio y en silencio y en sigilo metí el puente
en un velero en un vaso y escondí en silencio esta hierofanía dental arriba
detrás del botiquín y en silencio fui a la cocina y tomé agua en silencio tres
boles en silencio tres y todavía tenía sed y en silencio me fui con la barriga
inflada y dándome suaves palmas en todo el globo ventral y en silencio salí al
balcón pero no vi más que el ventanal iluminado en silencio y el anuncio Funeraria
del silencio Caballeros donde en silencio entierran también damas en silencio y
en silencio cerré las persianas en silencio y fui en silencio a mi cuarto y me
desnudé en silencio y abrí la ventana en silencio por donde entró el silencio
de la última noche en silencio y que se llama conticinio palabra de silencio y
oí en silencio un gotear silente de agua desde el balcón de arriba en silencio
y en silencio fumé mi pipa de la paz universal y vi como Bach cómo salía en
silencio el tabaco muerto en silencio espiritual en algo más que en nada en
humo de silencio por el silencioso hueco alumbrado de mi ventana que miré miré
miré hasta que se hizo redondo y desapareció, todo en silencio, y miraba allá
al otro lado del heaviside a la gran pradera oscura de los cielos y más allá y
más allá de más allá y más allá todavía donde allá es acá y todas las
direcciones y ningún lugar o un lugar sin lugar sin arriba ni abajo ni este ni
oeste, nunca-nunca, y pude ver con estos ojos que se comerán los gusanos,
sabidureza de las nociones, vi, de nuevo las estrellas, unas pocas: siete
granos de arena en una playa: playa que es un grano de arena en otra playa:
playa que es un grano de arena de una playa que está en un grano de arena en
otra playa, pequeña, de una rada o estanque o charca que forma uno de los
muchos mares que están dentro de una burbuja de un océano fenomenal donde ya
no hay estrellas porque las estrellas perdieron el nombre: el colmos, y
preguntándome si Bustrófedon estaría igualmente en expansión con las señales
de su espectro corriéndose hacia el rojo, rosado en mi memoria y pensando que
un año-luz también convierte el espacio en un tiempo limitado mientras hace
del tiempo un espacio infinito, una velocidad, sintiendo un vértu madre te
estará diciendo ayer no te asomes a ese pozo que no tiene fondo tú le preguntarás
de nuevo esta noche por qué no tiene fondo repetida ella repetirá porque sale
por el otro lado del mundo otra vez tú querrás saber y qué hay del otro lado
del mundo tu otra madre te estará diciendo siempre un pozo que no tiene fondo
tútigo pascaliano que
fueserá más pavoroso que la idea de los marcianos infiltrados en mi cuerpo,
llevar en los veleros sanguíneos al vampiro o incubar un microbio ignorado y
remoto, que era el miedo a que en realidad no hay marcianos ni más allá ni
nada o tal vez solamente nada, y en terror temiendo la vigilia más que al
sueño y viceversa, me quedé dormido y dormí toda la noche y el día entero y un
pedazo de otra noche ya que era de madrugada cuando desperté y todo estaba en
silencio y yo era la criatura de la negra, dormida laguna y me quité los
espejuelos y la pipa y la ceniza que cayó en los labios y soltó el freno, salí
y entré otra vez en el largo corredor de la coma, del coma y dije, entonces fue
entonces, una palabra, me parece, un nombre de niña (no lo entendí: clave del alba)
y me volví a quedar durmiendo dreamiendo soñando con los leones marinos de la
página ciento uno: morsas: morcillas: sea-morsels. Tradittori.
G. Cabrera Infante