Fundació Mona es un centro de rescate y recuperación de primates. Se creó en el año 2000, situado en Riudellots de la Selva (Girona).
En toda Europa sólo existen 4 centros dedicados
a la protección de estos maravillosos animales.
Mona cuenta en sus filas con especialistas
destacados en diferentes campos como la
biología, veterinaria, antropología y la inestimable ayuda de los voluntarios.
Debido al tráfico ilegal, existen chimpancés que
son utilizados en circos, publicidad, atracciones turísticas e incluso como
animales de compañía.
Fundació Mona se dedica al rescate y posterior
recuperación de estos primates, que están expuestos a ese terrible sufrimiento
sometido por el ser humano.
Una vez el animal llega a Mona, realizan un
complejo estudio sobre su estado físico y psicológico.
Las exploraciones físicas muestran rápidamente
si hay lesiones, sin embargo los exámenes psicológicos pueden llevar mucho
más tiempo ya que el daño mental sufrido
por estos animales es muy elevado y las secuelas derivadas del cautiverio
pueden ser en ocasiones irreparables.
A través
de sociabilización con otros primates, juegos y un entorno acorde a las
necesidades de estos animales, la recuperación parcial es un hecho, gracias al
tiempo y cariño que les dedican en el centro.
La información, divulgación y sensibilización es
otra de las tareas importantes que realizan en el centro a través de charlas,
actividades y el gran valor del “boca a boca” proporcionado por la gente que
visita el centro.
Había una vez dos gatos que, cuando tenían
hambre, iban a robar comida, y cuando se ponían a repartirla, se peleaban.
Ninguno quería que el otro hiciera la partición, pues decía que no se fiaba de
él. Por fin llamaron al mono y le pidieron que hiciera el reparto por ellos.
El mono dividió la comida en dos partes iguales.
Luego se sentó, examinó primero una parte y después otra, y dijo que quizá una
ración era algo mayor que la otra. Quitó de ella un poco y se lo comió. Cuando
las examinó de nuevo, le entraron sospechas de que probablemente había quitado
demasiado, y con ello las porciones seguían siendo desiguales. Quitó de nuevo
un poco de la porción mayor y se lo comió.
Cuando los gatos vieron aquello, gritaron:
-¡Devuélvenos nuestra comida! Nosotros sabemos
repartirla sin reñir.
Pero el mono dijo:
-Si vosotros estáis satisfechos, yo no. El caso
que habéis puesto en mis manos no está terminado. Vosotros me habéis pedido
que reparta la comida a partes iguales, y todavía no lo he logrado. Dejadme
probar otra vez.
Así el mono siguió quitando un poco de una parte
y otro de otra. Los gatos, viendo que de aquel modo su comida iba
desapareciendo, suplicaron al mono:
-No te molestes más. Déjalo según está, y
nosotros lo arreglaremos.
Pero el mono replicó:
-No tengáis prisa, amigos. Debéis aprender a
respetar al que habéis llamado para que os ayude. Cualquiera que sea el
resultado, lo que queda de la comida son mis honorarios por haber arreglado el
pleito.
Y diciendo esto acabó de comerse lo que quedaba.
Luego dijo a los gatos:
-El caso está acabado. No volváis a pelearos.
Podéis marchar.
(Sierra Leona - En torno al fuego en las noches de África)