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sábado, 4 de mayo de 2019

Ramón Casas - Gothsland - Puzzle


Autobiografía

Quien escribe historia está obligado a decir la verdad, pero no tiene por qué censurar con acritud las fechorías de algunos, y esto no por consideración para con ellos, sino por propia ponderación.

Atestigua, además, que los judíos participaron en una expedición contra el rey Alejandro y después contra sus sucesores. Afirma que él mismo estuvo presente al incidente que protagonizó un judío durante la expedición. Lo copio a continuación. Dice así: «Marchando yo hacia el mar Rojo, me acompañaba, junto con los otros caballeros que nos escoltaban, un judío llamado Mosolamo, hombre inteligente, vigoroso y el mejor arquero entre griegos y bárbaros, como todo el mundo reconocía. En cierto momento en que marchaban muchos soldados por la ruta, un adivino obtuvo un augurio y juzgó oportuno que todos se detuvieran. Este hombre preguntó por qué esperaban. El adivino le mostró un pájaro, diciéndole que si el ave se detenía allí, les convenía detenerse a todos; si al levantar el vuelo iba hacia adelante, les convenía avanzar, pero, si iba hacia atrás, deberían retroceder de nuevo. Entonces el judío, sin mediar palabra, tendió el arco, disparó, dio al pájaro y lo mató. Se indignaron el adivino y algunos otros y le empezaron a maldecir. '¿Por qué os enfurecéis, desgraciados?' -les contestó-. Luego tomó el ave entre sus manos y dijo: '¿Cómo nos podría anunciar algo sensato sobre nuestro camino este pájaro que no ha podido prever su propia salvación?  Si hubiera podido conocer previamente lo que iba a pasar no habría venido aquí temiendo que el judío Molosamo utilizara el arco y lo matara'.» Es suficiente con estos testimonios de Hecateo. A quienes quieran aprender más les será fácil leer su libro.

Los egipcios tienen uno de estos dos sentimientos respecto a nosotros: o aparentan un parentesco con nosotros para obtener gloria, o nos arrastran hacia ellos para que participemos de su mala reputación.

Dios testificó claramente su justicia. Pues Tolomeo Fiscón no se lanzó a combatir contra el ejército de Onías, sino que cogió a todos los judíos de la ciudad; junto con sus hijos y esposas y, desnudos y atados los puso bajo los elefantes para que murieran aplastados por estos animales a los que a tal efecto había embriagado. Ocurrió lo contrario de lo que había preparado. Los elefantes dejaron a los judíos tendidos ante ellos y atacaron a los amigos de Fiscón, matando a muchos de  ellos. 

Infinitas son las diferencias particulares de las costumbres y las leyes entre los hombres. Se podrían resumir así: unas confían el poder político a la monarquía; otras a la oligarquía, y otras, al pueblo. Nuestro legislador no atendió a ninguna de estas formas de gobierno, sino que dio a luz el estado teocrático; como se podría llamar haciendo un poco de violencia a la lengua. Consiste en atribuir a Dios la autoridad y el poder. Persuadió a todos a mirar a Dios como la causa de todos los bienes que son comunes a toda la humanidad, así como de aquellos que los mismos judíos, en momentos críticos, han obtenido por medio de la oración. Nada se oculta a su conocimiento, ni de nuestras acciones, ni de lo que cada uno piensa en su interior. Moisés declaró que Dios mismo es único, increado, eternamente inmutable, superior en belleza a toda forma mortal, accesible a nuestro conocimiento por su poder, pero incognoscible en su esencia. Esta concepción de Dios es la que sostuvieron los más sabios de entre los griegos, quienes la aprendieron de los principios expuestos por Moisés.

Flavio Josefo