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lunes, 8 de abril de 2019

Persephone Books LTD



Historia de los Animales (1)

Según dicen, el abejaruco o azulejo no vuela como las demás aves, que se desplazan de frente, en la dirección a la que apuntan sus ojos, sino que se mueve hacia atrás. Lo único que se me ocurre ante este hecho peculiar, increíble y poco usual es hacer notar mi asombro por el tipo de vuelo de este pájaro.

A diferencia de los πυρίγονοι, la salamandra es una criatura que no nace del fuego, aunque se familiariza con él; también brinca entre las llamas, como aquellos, y hasta lucha con ellas, como si se tratara de un enemigo. Testimonio de esto es el hecho de que viva entre los artesanos y operarios que trabajan en las fraguas; cuanto mayor sea el fuego de las fraguas, tanto más la salamandra colaborará con los hombres en las manifestaciones de sus habilidades pero, a la vez, menos caso hacen los artesanos del animal. No obstante, todos saben que, si el fuego se apaga o languidece, si los fuelles no pueden reanimarlo con sus soplidos, la salamandra se ha puesto contra ellos. En tal situación, se lanzan a perseguirla para vengarse. Y así el fuego se reaviva, acepta ser controlado y admite el combustible de siempre sin apagarse.

Si un halcón advierte el cadáver de un hombre, según se suele asegurar por allí, lo cubre de tierra por completo, a pesar de que no se lo mande Solón, y se abstiene de tocar el cuerpo. Tampoco toma agua, si ve que una persona se afana por acarrear agua a algún canal particular, ya que piensa que puede hacer daño al hombre que está llevándose el agua que le es imprescindible. En cambio, si los hombres que se ocupan en las tareas de riego son muchos, en vista de que el agua abunda, por así decir, se abreva en la copa de la amistad que se le presenta y se complace en beber.

Los cuervos se acercan para tomar agua y hunden sus picos profundamente en las vasijas; si el nivel del agua está bajo y no la alcanzan con el pico, llevan piedras en el pico y en las garras y las tiran dentro de las tinajas de barro. Con tan astuto artificio, los cuervos logran tomar agua, porque la Naturaleza les ha proporcionado un saber misterioso por el que conocen que dos cuerpos no ocupan el mismo lugar.

Claudio Eliano