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lunes, 31 de diciembre de 2018

Natal nas Açores - Museu de Angra do Heroísmo






De Epifílide a Amaracine

Con una corona de flores confeccionada por mí, me dirigía al túmulo de Fedrias, del demo de Alópece, para depositarla allí. Mas he aquí que de repente, surge un grupo de jóvenes insolentes, confabulados contra mí. Dicho grupo estaba de común acuerdo con Mosquión.
Pues bien, desde que yo perdí a Fedrias, de feliz memoria, no ha dejado de importunarme y de pretenderme. Pero yo lo rechacé, en parte, por compasión hacia mis hijos pequeños y, en parte, por tener ante mis ojos la noble imagen de Fedrias. Ni por un momento pensé que me aguardaba una unión forzada y que me iba a encontrar con un lecho nupcial en medio del bosque. En efecto; habiéndome llevado a un lugar totalmente cubierto por el espeso follaje de la arboleda, allí, en medio de flores y de hojas... me da vergüenza, querida amiga, contar lo que me obligó a soportar. Y ahora tengo un esposo impuesto por la violencia y, aunque es sin mi consentimiento, sin embargo lo tengo. Cosa hermosa es ser inexperto de lo que no se desea, en cambio, aquel a quien esto no le ocurre, se ve obligado a ocultar su desgracia.

Alcifrón



sábado, 29 de diciembre de 2018

Ediciones Universidad - Salamanca


De Éudico a Pasión                                                                                                                                                                                                                                                Tengo un esclavo frigio que es una calamidad. Éste se ha mostrado así, una vez que tomó tierra. Cuando yo lo compré, tras una selección, el último día del mes, al punto le impuse como nombre Numenio. Aparentemente era fuerte y de mirada despierta. Contento por mi adquisición, me lo llevé para que me ayudara en mi hacienda que está en las afueras.                                                                                          Pero el individuo era una completa nulidad. Come la ración de cuatro zapadores y duerme cuanto solía un tal Epiménides de Creta, según le oí decir a un sofista de muchos humos, o bien la triple noche de Heracles, que tantas veces hemos escuchado. ¿Qué podría yo hacer? Tú, el más querido de mis camaradas y compañero de profesión, ven y dímelo, toda vez que he pagado una cierta suma por semejante animal.                                                                                                                                                                                                                                                   Alcifrón


jueves, 27 de diciembre de 2018

Letras de Salamanca - Salamanca 2002





De Filocomo a Astilo

Jamás he bajado a Atenas ni sé qué es eso que suelen llamar una ciudad. Tengo muchas ganas de ver este espectáculo nuevo para mí: unos seres humanos que conviven en el seno de un recinto cerrado y, también, averiguar las restantes cosas por las que la ciudad se diferencia de la vida campesina. Si, buenamente, te surge un pretexto para dar un salto a Atenas, ven para llevarme esta vez contigo. Yo, por mi parte, creo que ha llegado el momento oportuno para aprender algo más, pues ya me ha empezado a brotar abundantemente el bozo. ¿Quién podría ser más indicado que tú para iniciarme en los misterios de aquel lugar, tú que pasas la mayor parte de tu tiempo zascandileando por el interior de sus murallas?

Alcifrón

martes, 25 de diciembre de 2018

Dib-buks





De Ampelión a Evergo

Este año el invierno ha sido muy crudo y para nadie era posible salir al exterior, pues la nieve se había adueñado de todo y estaban blancos tanto los cerros como los valles. No se podía trabajar, sin embargo resultaba enojoso estar sentado sin hacer nada. Pues bien, después de haber abierto el postigo una rendija y tan pronto como saqué la cabeza de la cabaña, vi, al tiempo que caía la nieve, una entera bandada de pájaros, mirlos y tordos, que alzaban el vuelo. En seguida, pues, extrayendo de un recipiente liga para cazarlos, unté las ramas de unos perales silvestres y, apenas se había posado la nube de pájaros, cuando ya estaban todos colgando de ellas -delicioso espectáculo- retenidos por sus alas o bien aprisionados por sus cabezas o patas. De entre éstos te envío un lote de veinticinco, las piezas más llenas y de mejor carne. Ciertamente es una bendición compartir lo que se tiene con unos buenos vecinos, aunque esto provoque envidia en los que son malos.

Alcifrón