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viernes, 8 de abril de 2016

De faisanes y "otra fauna"





















La ardilla y el caballo

Mirando estaba una ardilla
a un generoso alazán,
que dócil a espuela y rienda,
se adiestraba en galopar.
Viéndole hacer movimientos
tan veloces y a compás,
de aquesta suerte le dijo


con muy poca cortedad:

«Señor mío,
de ese brío,
ligereza
y destreza
no me espanto,
que otro tanto
suelo hacer, y acaso más.
Yo soy viva,

soy activa,
me meneo,
me paseo,
yo trabajo,
subo y bajo,
no me estoy quieta jamás.»

El paso detiene entonces
el buen potro, y muy formal
en los términos siguientes

respuesta a la ardilla da:

«Tantas idas
y venidas,
tantas vueltas
y revueltas
(quiero, amiga,
que me diga),
¿son de alguna utilidad?

Yo me afano:
mas no en vano.
Sé mi oficio,
en servicio
de mi dueño,
tengo empeño
de lucir mi habilidad.»

Conque algunos escritores
ardillas también serán
si en obras frívolas gastan

todo el calor natural.

Tomás de Iriarte

Análisis:

Como cuando estudiábamos E.S.O. me gustaría que analizásemos sin-táctica-mente: "Tantas idas y venidas, tantas vueltas y revueltas (quiero, amiga, que me diga), ¿son de alguna utilidad?"


Con permiso de Marimar, se supone, y para Claudia, de Pato.