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martes, 1 de marzo de 2016

Colección Grandes Clásicos de Literatura - Random House

Entrada dedicada a Mª Luisa




LOS DIOSES DE LOS ENCABEZAMIENTOS DEL CUADERNO DE EJERCICIOS 1919
  
Mientras paso en mis encarnaciones de cada edad y raza,
las debidas reverencias hago a los Dioses de los Mercados.
Asomado tras mis dedos aduladores observo cómo florecen y caen,
y los Dioses de los Encabezamientos del Cuaderno, según veo, a todos
ellos sobreviven.

Entre árboles vivíamos cuando nos conocieron. A cada uno por orden
nos fueron enseñando
que el Agua moja siempre, igual que el Fuego quema siempre:
pero nos parecieron faltos de Inspiración, Visión y Amplitud de Mente,
así que dejamos que enseñasen a los Gorilas mientras seguíamos la
Marcha de la Humanidad.

Nos movíamos al dictado del Espíritu. Ellos no alteraron nunca su paso,
sin ser nube o viento como los Dioses de los Mercados;
pero se ponían siempre al día en nuestros progresos, y pronto llegaría
noticia
de que había sido borrada una tribu de su banco de hielo, o un
apagón de las luces de Roma.

Con las Esperanzas sobre las que nuestro Mundo se construye habían
perdido contacto por completo,
negaban que la Luna fuese Stilton, negaban incluso que fuese de
Holanda.
Negaban que los Deseos fuesen Caballos; negaban que un Cerdo
tuviese Alas.
Así que veneramos a los Dioses de los Mercados que estas cosas
hermosas prometían.

Cuando se formaban los yacimientos del Cámbrico, prometieron la
paz perpetua.
Juraron, si les entregábamos nuestras armas, que cesarían las guerras
entre las tribus.
Mas, desarmados, nos vendieron y atados nos enviaron al enemigo,
y los Dioses de los Encabezamientos del Cuaderno dijeron: «Sed fieles
al Diablo que conocéis.»

Con las primeras areniscas del Devónico nos prometieron, la Vida Más
Plena
(que empezaba en el amor a nuestro prójimo y terminaba en el amor
a su esposa)
hasta que dejaron nuestras mujeres de tener hijos y perdieron los
hombres la razón y la fe,
y los Dioses de los Encabezamientos del Cuaderno dijeron: «El Pago
por el Pecado es la Muerte.»

En la Época Carbonífera prometieron para todos abundancia,
robando al selectivo Pedro para pagar al colectivo Juan;
mas, aunque tuvimos mucho dinero, nada había que el dinero pudiese
comprar,
y los Dioses de los Encabezamientos del Cuaderno dijeron: «Si no
trabajáis, moriréis.»

Entonces se derrumbaron los Dioses de los Mercados, retrocedieron
sus hechizos y zalamerías,
fueron humillados los más mezquinos corazones y empezaron a creer
como verdad
que No Todo lo que Reluce es Oro, y que Dos más Dos son Cuatro-
y los Dioses de los Encabezamientos del Cuaderno cojeando lo
explicaron una vez más.

..........................

Así como será en el futuro, fue el nacimiento del Hombre­
sólo cuatro cosas ciertas hay desde el comienzo del Progreso Social:
que regresa el Perro a su Vómito y la Cerda a su Lodazal,
y que el dedo vendado del Estúpido que se ha quemado, tembloroso
va de nuevo al Fuego;

y que, esto alcanzado y el bravo nuevo mundo comience
cuando sean pagados todos los hombres por existir y deba ninguno
pagar por sus pecados,
tan cierto como el Agua que moja siempre, tan cierto como el Fuego
que quema siempre,
los Dioses de los Encabezamientos del Cuaderno regresarán en medio
del terror y la masacre.

Rudyard Kipling


Para Inma de Javier