Blogs que sigo

lunes, 18 de mayo de 2015

Continental. Subastas Filatélicas


Por sesenta centavos

Estás en una cafetería de Brooklyn, sólo has pedido una taza de café, y el café cuesta sesenta centavos, algo que te parece caro. Pero no es tan caro si piensas que con los mismos se­senta centavos estás alquilando el uso de una taza y un pla­to, una jarra de metal con leche, un vaso de plástico, una mesa y dos banquetas. Y, para que consumas si quieres, ade­más del café y la leche dispones de agua con hielo y, en sus propios dispensadores, azúcar, sal, servilletas y ketchup. Además, puedes disfrutar, durante tiempo indefinido, del aire acondicionado que mantiene el local fresco, a la tempe­ratura adecuada, de la potente luz blanca, eléctrica, que ilu­mina cada rincón del local para que no haya sombras en ningún sitio, de la visión de la gente que pasa por la acera a la luz del sol, expuestos al calor y al viento, y de la compañía de la gente del local, que se ríe y desarrolla infinitas varia­ciones sobre una broma un poco cruel a expensas de una mujer minúscula, pelirroja y parcialmente calva, sentada al mostrador en un taburete, y que balancea los pies cruzados, alarga el brazo, corto y muy blanco, e intenta abofetear al hombre que tiene más cerca.
Lydia Davis