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miércoles, 15 de octubre de 2014

Musée de la Typographye - Tours




«Imprimir», en sus orígenes, significaba cosas diferentes en Oriente y Occidente. En Europa, como veremos, el auge de la imprenta significaría tipografía, imprimir mediante tipos móviles de metal. En China y otros países asiáticos influidos por la cultura china, el invento crucial fue la impresión con bloques de madera, y el auge de la imprenta implicó la impresión mediante bloques de madera, la xilografía. No debemos generalizar, pues, al hablar de la imprenta en Oriente y Occidente.
Lo que inicialmente llevó a los chinos a imprimir no fue la intención de difundir el saber, sino el deseo de obtener ventajas religiosas o mágicas de la reproducción exacta de una imagen o un texto sagrados. Existía ya una antigua tradición de estampar telas mediante grabados en madera. A principios del siglo III, si no antes, los chinos habían inventado una tinta con la cual se podían hacer impresiones claras y duraderas si se aplicaba a los bloques de madera. Recogían el negro del humo de los aceites o maderas quemadas, formaban con él una barrita y luego la disolvían para obtener el líquido negro que en la actualidad llamamos tinta china.
La impresión mediante bloques de madera comenzó a practicarse durante la dinastía T'ang (618-907), época en que la familia gobernante toleraba todo tipo de sectas religiosas: estudiosos taoístas y confucionistas, misioneros cristianos, sacerdotes zoroástricos y, naturalmente, monjes budistas. Cada uno de estos grupos tenía imágenes y textos sagrados propios. A principios del siglo VII, la biblioteca del emperador contenía unos cuarenta mil rollos manuscritos.
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El futuro de la impresión y el grado de ampliación de las comunidades del saber dependerían en Oriente y Occidente no sólo de la tecnología y de los mate­riales concretos sino también del lenguaje. En China, la ausencia de alfabeto no cesaría nunca de crear problemas. Mucho antes que los europeos, los chinos expe­rimentaban ya con los tipos móviles.
Gracias a los numerosos volúmenes de los clásicos confucianos los chinos advirtieron las ventajas de los libros impresos y ya en el siglo X comenzaron a usar placas de cobre en lugar de bloques de madera. A principios de la dinastía Sung, un cronista decía:

Desde que Feng Tao comenzó a imprimir los cinco clásicos, se han im­preso todas las obras de autoridad reconocida.
Durante el período Ch'ing-li [1041-1048], Pi Sheng, un hombre del pueblo, inventó el tipo móvil. Su método era el siguiente: Tomó barro húmedo y formó caracteres del grosor de una moneda de cobre. Cada carácter era como un tipo único. Los coció para que se endurecieran. Previamente había preparado una plancha de hierro y la había cubierto con una mezcla de resina de pino, cera y cenizas de papel. Para imprimir, tomaba una plantilla de hierro y la colocaba sobre la plancha de hierro. Dentro de la plantilla colocaba los tipos, uno cerca del otro. Cuando estaba llena, el conjunto formaba un bloque sólido de tipos. Luego la colocaba cerca del fuego para calentarla. Cuando la pasta (de la parte de atrás) se había derretido ligeramente, tomaba una tabla lisa y la pasaba por la superficie para que el bloque de tipos quedara liso como una piedra de afilar.
Si se pretendiera imprimir sólo dos o tres ejemplares, este método no sería cómodo ni rápido. Pero era rapidísimo para imprimir cientos o miles de ejem­plares. Como norma, trabajaba con dos planchas a la vez. Mientras se hacía la impresión con una, los tipos eran colocados en la otra. Cuando ya se había terminado de trabajar con una, la otra ya estaba preparada. De esta manera se alternaban las dos y se podía imprimir con gran rapidez.
Daniel J. Boorstin - Los descubridores - Crítica