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miércoles, 1 de mayo de 2013

El sastre


El sastre anotó la última medida en su bloc, enrolló la cinta métrica y preguntó:
-¿Desea un traje con un lado o con dos lados?
-¿Quiere decir normal o reversible?
-No. Pregunto si desea un traje corriente, de un tejido con dos lados, o un traje extra, de un tejido que se ve sólo por un lado.
-¿Cómo... se ve...?
-Sí, un traje que sólo tiene un lado.
-¿Y el otro?
-El otro no existe.
Le miré con más atención. Era un vulgar sastre. Mediocre, pueblerino, introvertido y melancólico, sin ho­rizontes. Y de repente una cosa así...
-¿El traje con un solo lado será más barato? -pre­gunté, más que por saber el precio, por no dejar ver mi es­tupefacción. El sastre lo había dicho con mucha seriedad, como si se tratara de algo evidente que no debería sorprenderme. Pero tal vez no fuera más que una broma.
-No, más caro, por supuesto.
-¿Por qué? Dos lados son más que uno.
-Pero un lado está mucho mejor que dos.
-¿Por qué mejor?
-Porque con uno no hay dudas. Hay uno solo y ya está. Y con dos siempre hay problemas.
-¿Qué problemas?
-¿Nunca le ha pasado que se ha puesto algo al revés?
-Sí, pero ¿qué problema hay en eso?
-Hombre, que usted se encuentra entonces en el otro lado.
-Pues basta con quitarse la prenda y ponérsela del otro lado.
-Exactamente. Y entonces está usted de nuevo en el otro lado. Si no está en un lado, está en el otro, o al revés. Y con un traje con un solo lado esto no le puede ocurrir.
-Pero en cualquier caso también estoy en algún lado de este único lado.
-No, porque este único lado sólo tiene un lado. En el otro lado no hay ningún lado, así que no puede es­tar allí.
-Pero, entonces, si estoy en el lado que no existe, ¿dónde estoy?
-En ninguna parte, por supuesto. Pero eso vale dinero.
-¿Mucho?
El sastre miró el bloc, multiplicó unas cifras y sumó los resultados.
-Tanto como esto -dijo, acercándome el bloc e indicándome la suma con la punta del lápiz.
-¡Dios mío! -exclamé-. ¿Quién se lo puede permitir?
-Nadie -dijo el sastre y cerró el bloc-. Entonces, ¿en qué quedamos?
-Hágalo normal. 
                                           Slawomir Mrozek